¿Qué está pasando en Chernóbil? La ciudad, tras el accidente, fue evacuada. Pero la vida no se detiene. ¿Qué ha sido de ella durante este tiempo?
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Chernóbil, ¿Una Ciudad Abandonada?
Como es bien sabido, el 27 de abril de 1986 la ciudad de Chernóbil fue evacuada a causa del accidente nuclear ocurrido en la central Vladímir Ilich Lenin.
La catástrofe está considerada, junto con la de Fukushima, en Japón, como la de mayor magnitud ocurrida hasta ahora. Ambas con un nivel 7 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares.
Los desastrosos efectos a nivel mundial están considerados como de los más graves acaecidos a lo largo de la historia, tanto a nivel socioeconómico como por su impacto medioambiental.
Y, tras todo esto, ¿qué ha pasado con la vida en esta ciudad?
Antes de que fuese evacuada, Chernóbil tenía una población de unos 14.000 habitantes, aunque el desalojo afectó en total a unas 115.000 personas dentro de un área de 30 kilómetros a la redonda. Hoy, la cifra de residentes no está clara pues varía cada poco tiempo debido, sobre todo, a los refugiados que buscan un sitio en el que sobrevivir alejados de los conflictos de los lugares desde los que llegan. Pero dicha cifra podría rondar, entre la ciudad en sí y pueblos de alrededor, los 1.000 residentes.
¿Y el Resto de Habitantes?

Porque, efectivamente, seres vivos en Chernóbil, y sus alrededores, hay muchos más que esos 1.000 de los que hablábamos antes.
Nos estamos refiriendo, como es obvio, a la vida animal, tanto la salvaje como la doméstica, como a la vegetal.
La no presencia de los seres humanos, o por lo menos una presencia muchísimo menos significativa, ha tenido como resultado un incremento significativo en la población de ciervos, linces, osos, lobos y otras especies animales tanto de vertebrados como de invertebrados.
Asimismo, los animales domésticos, los de granja y los de casa, que fueron abandonados cuando la población fue evacuada han sufrido cambios en su vida, relacionados con sus hábitos en general (perros y gatos asilvestrados que han tenido que buscarse la vida por sus propios medios) y por la continua exposición a los altos niveles de radiación, sobre todo en el interior de la zona de exclusión (30 kilómetros alrededor del lugar del accidente).
Y aunque si bien es cierto que el número ha aumentado, la radioactividad a la que se encuentran sometidos en todo momento ha hecho que se produzcan una serie de consecuencias que, como poco, son llamativas.
Entre ellas podemos citar como ejemplo:
- Desarrollo en general de tumores.
- Variaciones en el comportamiento.
- Altos niveles de radioactividad en sus organismos.
- Los insectos con manchas en sus exoesqueletos incrementan el número de ellas.
- Las arañas tejen sus telas con formas no definidas y de manera errática.
Incluso se ha dado el caso, dentro de este aumento de la población animal, de que especies que antes no habitaban la zona, desde que los humanos dejaron de estar en el lugar, han comenzado a vivir en ella, con lo que a más de aumentar en número también lo ha hecho en diversidad de especies.
Las Vacas de Chernóbil

Un caso particular, y que últimamente ha tenido bastante repercusión, dentro de ese asilvestrarse de los animales domésticos y de granja del que más arriba hablábamos es el de las vacas de Chernóbil que quedaron abandonadas cuando sus dueños fueron evacuados.
Estos animales se han unido en manadas en las que la jerarquización es muy rigurosa, como sucede con sus parientes salvajes, manteniendo a los terneros en el interior del grupo para su defensa, prioridad ésta sobre cualquier otra, y en la que el toro alfa, el más viejo y fuerte, ejerce de líder de la manada, manteniendo al resto de toros también bajo su protección, siempre que no intenten rivalizar con él.
Además, otro dato curioso sobre estas manadas de vacas es que han desarrollado una mayor y mejor adaptación al frío y un evidente recelo hacia la presencia humana, procurando rehuir su contacto.